Dar apoyos a los jóvenes con diferentes desafíos en la realización de las tareas domésticas, es muy importante para crear la mayor autonomía posible en cada uno de ellos. En el CET - Área Joven de IMENIC, estas actividades se encuentran bajo la modalidad de un proyecto anual que atraviesa todos los proyectos que se van desarrollando durante el año. Hay estudios que demuestran que realizar tareas domésticas desde niño tiene un impacto positivo en el futuro adulto. Ya que estas actividades fomentan la responsabilidad, la ética laboral y el sentido de pertenencia desde una edad temprana.
Julie Lythcott-Haims, exdecana de la Universidad de Stanford, realizó una investigación del porqué los estudiantes universitarios llegaban al campus sin estar preparados para la transición universitaria y para vivir solos, dependiendo de sus padres. Este interesante artículo de investigación brinda evidencia científica para fundamentar el trabajo que hacemos en el CET. El equipo profesional, en especial la terapista ocupacional, desarrolla una importante labor en brindar apoyos y supervisión no solo a los jóvenes sino también a los responsables de cada grupo, que planifican y desarrollan diferentes actividades, las cuales se encuentran atravesadas por las tareas domésticas, la higiene y el cuidado personal.
El proyecto “Higiene y arreglo personal, como actividad básica de la vida diaria” presentado por la Lic. Clara Pobian (Terapista Ocupacional) del Área Joven, es fundamental para crear hábitos, responsabilidad, autodeterminación e independencia en todos los jóvenes, desde los que transitan un desafío complejo a nivel conductual, intelectual y motor, hasta los que se desenvuelven con autonomía.
Este proyecto tiene como objetivo fundamental fomentar y mantener la mayor 
autonomía posible en las actividades básicas de higiene y arreglo personal, para:
Las AVD (Actividades de la Vida Diaria) mencionan al cuidado personal asociada a la propia autonomía de la persona, como así también se incluyen aspectos fundamentales en la realización de actividades que cubren las necesidades básicas del hogar, trabajo, educación, ocio y tiempo libre.
Mencionaremos dos tipos de AVD con los que trabajamos en el CET:
● ACTIVIDADES BÁSICAS DE LA VIDA DIARIA (ABVD): Son aquellas 
actividades del día, esenciales, que cada ser humano debe llevar a cabo para 
satisfacer sus necesidades básicas, desenvolverse de manera independiente y 
en las que conseguirá sentirse activo. Estas actividades de la vida cotidiana 
incluyen acciones como alimentarse, vestirse, bañarse, mantener la higiene 
personal, moverse y trasladarse en diferentes lugares, mantener interacción con 
el medio, comunicarse con los demás, entre otros aspectos. Son fundamentales 
para el bienestar y funcionalidad de una persona, ya que permiten el desarrollo 
de habilidades y destrezas necesarias para interactuar con el entorno y enfrentar 
los retos diarios.
● ACTIVIDADES INSTRUMENTALES DE LA VIDA DIARIA (AIVD): Son 
aquellas acciones del día, y funciones más complejas, que una persona realiza 
para mantener su autonomía e independencia en el entorno que habita. Estas 
actividades están orientadas al cuidado y mantenimiento del hogar, la realización 
de gestiones económicas y administrativas, así como aspectos relacionados con 
la salud y el bienestar personal.
Entre las AIVD podemos mencionar tareas como ir de compras, cocinar, realizar labores de limpieza, gestionar citas médicas, pagar cuentas y utilizar medios de transporte, entre otros. A diferencia de las actividades básicas de la vida diaria (ABVD), realizar estas tareas tienen una mayor complejidad y requieren de habilidades cognitivas y sociales más desarrolladas.
Tanto las ABVD como las AIVD, son herramientas clave para evaluar la autonomía y capacidad de la persona, especialmente en casos de personas con discapacidad o diversidad funcional, adultos mayores o en proceso de rehabilitación. Mediante la valoración de estas actividades diarias, los profesionales de la salud pueden establecer planes de intervención y apoyo para mejorar la calidad de vida y promover la inclusión social de los individuos que presenten dificultades en el cumplimiento de estas actividades esenciales.
¿Y el CUERPO? 
Como psicomotricista no puedo dejar de mencionar la importancia del Cuerpo 
(como una Unidad Cuerpo Cerebro Mente) en las AVD. Y, desde una mirada 
constructivista, integramos el desarrollo de todas las dimensiones (motriz, 
cognitiva, emocional y social) en la vivencia del cuerpo.  
Cada experiencia vivenciada con el Cuerpo atraviesa y contribuye al aprendizaje 
y desarrollo de las AVD como un proceso dinámico y autorregulado, donde el 
joven tiene un papel activo. Y el equipo terapéutico y los referentes de grupo 
acompañan este proceso hacia una vida adulta lo más independiente posible. 
Tenemos el compromiso de ser guías que diseñan contextos y situaciones de 
aprendizajes para que el joven, en la medida de sus posibilidades, tenga la 
oportunidad en la autodeterminación, en la autoconstrucción de su identidad y 
en su bienestar psicológico.  
Vivenciar, aprender, tomar decisiones y reflexionar sobre sus propias acciones, 
es nuestra mirada en este acompañamiento de la etapa adulta que están 
transitando nuestros jóvenes.
Del CET al Hogar
Y pensando en el contexto real de cada joven, el siguiente desafío es que todo 
lo que se trabaja en este proyecto se traslade al entorno del hogar. Crear un 
puente entre el CET y la familia. Promovemos encuentros grupales con las 
familias, compartimos diariamente las actividades y nos acercamos a las familias 
que necesitan un mayor seguimiento y aporte de apoyos para que puedan 
involucrarse y compartir en sus hogares los desafíos y los logros que se van 
sucediendo alrededor de las AVD. 
En este nuevo año, vamos a implementar el recurso de los videos de corta 
duración. Las familias, en base a una consigna que proponga la referente del 
grupo, enviarán un video para mostrar el desarrollo de las actividades en el 
hogar. Y con este material, se podrá analizar con más información y así brindar 
apoyos más efectivos.  
Estamos convencidos que si el contexto se adapta para que la persona con 
discapacidad pueda sentirse útil y motivado con lo que le es significativo, 
estamos creando apoyos y puente en beneficio de todas las personas.  
Que el esfuerzo de seguir aportando ideas y acciones en base a las AVD implique 
crear nuevos apoyos y puentes, buscar la mayor autonomía posible, pero sin 
olvidarse de la autodeterminación de cada persona con discapacidad, para 
seguir ofreciéndole oportunidades de participación, participando. Para 
aumentar la confianza y la seguridad en el camino tan desafiante que propone la 
etapa adulta.
*Rodolfo Sangla Jefe de Equipo/Psicomotricista , Área Joven y TEA.